Saturday, March 18, 2006
Friday, March 17, 2006
Pasión por Dios es pasión por las almas
"Si yo digo al impío: ¡Morirás irremisiblemente!’, y tú no le adviertes ni le hablas para advertir al impío de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su pecado; pero yo demandaré su sangre de tu mano. Pero si tú le adviertes al impío y él no se aparta de su impiedad ni de su camino impío, él morirá por su pecado, pero tú habrás librado tu vida." (Ezequiel 3:18-19)
Estas palabras pueden sonar fuerte a nuestros oídos, pero ni tú ni yo podemos escapar de esta advertencia que nos hace el Señor. Dios dijo en su palabra que “la paga del pecado es muerte” y sabemos que esto significa estar separado completamente de él. Cuando vinimos a este mundo, traíamos con nosotros esta naturaleza pecaminosa. Estábamos totalmente perdidos y con una sentencia a muerte, pero hubo alguien que se atrevió a mostrarnos nuestra condición y nos ayudo a encontrar la libertad que solo hay en Cristo Jesús. ¿Cómo es entonces que conociendo la verdad, no compartimos el regalo de salvación como deberíamos hacerlo?
Hace poco escuche a un joven decir, que la razón de esto, es porque realmente no conocemos a Jesús. Si lo hiciéramos, sentiríamos lo que hay en su corazón; pasión por las almas. Una pasión que lo llevo a la muerte en la cruz. Una pasión que le hizo cargar el pecado de la humanidad y experimentar lo que nos tocaba vivir a nosotros. Como nos hace falta tener pasión por Dios y pasión por las almas. Hagamos caso a la advertencia de Dios, para que a ninguno de nosotros se nos demande la sangre de un pecador. Arrepintámonos delante de Dios y roguémosle que nos ayude a dejar la indiferencia. Pidámosle que ponga en nosotros una urgencia de compartir su amor y aprovechemos las oportunidades que nos da el Señor.