Door of Happiness

"When one door of happiness closes another opens; but often we look so long at the closed door that we do not see the one which has been opened before us."

Helen Keller

Que patatí y que patatá!!!

Hoy hay sido un día bien particular, me he sentido como si he caminado por días enteros sin descansar, y de repente he encontrado una palmerita y he salido corriendo a acostarme bajo su escasa sombra, deseando que no venga un huracán a tumbármela. Hay que ver que uno si se ocupa en un sinnúmero de cosas, Que patatí y que patatá! Unas que son necesarias y otras no mucho, pero de igual manera las decidimos hacer. Una fila de amigos preguntándote si todavía estas viva y si los puedes anotar en tu agenda, una chorrera de mensajes electrónicos por contestar. Y que hablar de los e-mails viejos que tienes acumulados y que sabes que tienes que borrar, pero lo dejas para después, para cuando tengas más tiempo. De repente te das cuenta que el día se te acabo y ya el otro viene a la vuelta de la hora.

No se si esto sólo sucede aquí en este país o será algo global, aunque yo veo que todavía en otros lugares las personas parecieran tener más tiempo para la familia, los amigos y hasta los vecinos. Y no digo que eso no suceda aquí, pero no sucede como en nuestros países, donde en las tardes te sientas con tu familia o vecino, a tomarte una tasita de té o un cafecito con leche. Donde te vienen a visitar sin que tú tengas que invitarlos. Donde conoces el nombre de los vecinos que viven en tu cuadra, los mismos que vas a darle el Feliz Año cuando suena el cañonazo.

Hoy cuando conversaba con una amiga en el trabajo, le comentaba que extrañaba todo eso y que sentía que esa parte, que es tan preciosa de nuestra cultura latina, la había remplazado con la cultura de este país, o más bien diría, con el sistema que opera en este país. Sistema que no trae provecho porque se enfoca en el yo, en ves del prójimo. Me sentí confrontada porque se que me he descuidado en esto y he vuelto a caer en el circulo vicioso. Hace un tiempo que no hablo con mi abuelita en Venezuela y que de hablar de mis hermosos viejitos Colorado, que tengo tiempo que no he ido a visitar y que se que me aman un montón. Que de mis amigos de JUCUM a los que no me he reportado desde hace un tiempo para contarles lo que estoy haciendo.

Pues ya basta! he decidido hacer un STOP! y aprovechar este mes y medio que tengo de vacaciones de la Universidad, para invertirlo en los demás, en las relaciones que considero son de mucha importancia. Y por supuesto en la más importante de todas, en mi relación con Dios, que esa nunca debe menguar, sino es la que más se debe alimentar.

Bueno, y finalmente he decido ya irme a acostar porque la palmerita se me esta cayendo de lado y mañana tengo que trabajar.

¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?

Esta fue la pregunta que Jesús les hizo a sus discípulos. En esos tiempos se decía que Jesús era Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que Jeremías o uno de los profetas. Sin embargo la pregunta no se quedó allí, porque luego él les preguntó: Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?

Es increíble que todavía en nuestro tiempo se den respuestas similares a las que se decían hace más de 2000 años atrás. La mayoría de las religiones respetan a Jesucristo y piensan que fue un hombre bueno, hasta muchos lo tienen como uno de sus profetas, pero no como el Hijo del Dios viviente. Me gustó mucho cuando leía la descripción que se le da a Jesús en el “Credo de Nicea”.

Se le llama así porque es una fusión de los credos redactados en el Concilio de Nicea (325) y en el Concilio de Constantinopla (381). Estos concilios defendieron la verdadera naturaleza de Jesús frente a dos herejías: el Arrianismo negaba la naturaleza divina de Cristo, y el Monofisismo su naturaleza humana. Apoyándose en la tradición que les había llegado desde los Apóstoles, los concilios condenaron ambas herejías y declararon que Jesús era ciertamente verdadero Dios y verdadero hombre. Parte del credo dice así:

Hijo único de Dios,

nacido del Padre antes de todos los siglos:

Dios de Dios,

Luz de Luz,

Dios verdadero de Dios verdadero,

engendrado, no creado,

de la misma naturaleza del Padre,

por quien todo fue hecho;

que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación

bajó del cielo…

Su vida y sacrificio han marcado la historia hasta el punto de dividirla en aC (antes de Cristo) y dC (después de Cristo). Es el nombre que ha causado más controversia porque es el Nombre sobre todo nombre. El es la puerta, la vid verdadera, el pan de vida, el buen pastor, el camino, la verdad y la vida. Se le llama Estrella resplandeciente de la Mañana, piedra angular y luz del mundo. Él es el gran médico y la roca de los siglos, el primero y el último, sanador de enfermos, amante de los pobres, maestro incomparable, Rey de reyes, Señor de señores. El es el Salvador de la Humanidad. Si Jesús hoy te preguntara:

Y tú, ¿quién dices que soy Yo? ¿Qué responderías?

Debemos Cambiar Nuestra Mentalidad

“También vio a una viuda pobre que echaba dos moneditas de cobre. Les aseguro—dijo—que esta viuda pobre ha echado más que todos los demás. Todos ellos dieron sus ofrendas de lo que les sobraba; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía para su sustento.” (Lucas 21:2-4)

Es sorprendente ver como diariamente se desperdicia el dinero en cosas que son vanas. Canales de televisión muestran la clase de vida que los ricos y famosos poseen, pero la otra cara de la moneda muestra como cada noche 800 millones de personas, en su mayoría mujeres y niños, se acuestan hambrientos porque no tienen un plato de comida. Lo peor de todo, es que las estadísticas muestran, que en el mundo se produce suficiente comida como para alimentar a cada persona en esta tierra. ¿Sabías que dentro de estas estadísticas se encuentran algunos de nuestros misioneros? ¡Qué pecado!—Decimos, esto es lo primero que se nos viene a la mente. Pero es aún mayor pecado, para aquellos que conociendo la verdad, no hacen nada al respecto. Y me pregunto: ¿Qué estamos haciendo con lo que tenemos? Con seguridad sabemos que debemos dar de lo que Dios nos da. Pero, ¿Estaremos dando de lo que nos sobra? ó ¿Será que no queremos dar porque pensamos que lo poco que tenemos, no hará ninguna diferencia? La verdad es que nuestro granito de arena puede hacer mucho más de lo que podamos imaginar y para ello necesitamos cambiar nuestra mentalidad.

La Verdadera Generosidad

“En medio de las pruebas mas difíciles, su desbordante alegría y su extrema pobreza abundaron en rica generosidad. Soy testigo de que dieron espontáneamente tanto como podían y aun más de lo que podían.” (2 Corintios 8:2-3)

Las iglesias de Macedonia habían aprendido las riquezas que se encontraban en el dar. La Biblia muestra que rogaban con insistencia que se les concediera el privilegio de ayudar a sus hermanos en la fe. Su situación financiera no les impedía en dar aun más de lo que tenían, porque habían entendido que la adoración al Señor era más que palabras. Su satisfacción provenía de ver que ninguno sufriera escasez, sino que todos tuvieran por igual. Ellos creían lo que el Señor les había prometido, que sería su sustento y nada les faltaría. En las iglesias de ese tiempo existía algo que en las iglesias de nuestro tiempo debe existir. Ellos tenían una unidad en todo. Tenían todo en común y compartían sus bienes entre si, según la necesidad de cada uno y encontraban favor con el pueblo. Su testimonio reflejaba el amor que se tenían y cada día el Señor hacía que muchos creyeran en él y se salvaran. De ese modo el grupo de sus seguidores se iba haciendo cada vez más grande. (Hechos 2:41-47). Si queremos ver a las almas venir a Cristo, debemos comenzar a tener una verdadera unidad en todo. Debemos aprender a dar con generosidad de lo que Dios nos da, aun de lo poco que podamos tener. ¿Te puedes imaginar lo que la iglesia de Cristo puede alcanzar si todo cristiano se compromete a dar aun de lo poco que tiene? Estoy segura que el evangelio de Jesucristo llegará con más rapidez a los lugares que todavía no han sido alcanzados, y aceleraremos la venida de nuestro Señor Jesucristo. ¿Podrás decir conmigo? “Ven pronto Señor Jesús.” Entonces cambiemos nuestra mentalidad y hagamos lo que él nos mandó a hacer.