¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?

Esta fue la pregunta que Jesús les hizo a sus discípulos. En esos tiempos se decía que Jesús era Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que Jeremías o uno de los profetas. Sin embargo la pregunta no se quedó allí, porque luego él les preguntó: Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?

Es increíble que todavía en nuestro tiempo se den respuestas similares a las que se decían hace más de 2000 años atrás. La mayoría de las religiones respetan a Jesucristo y piensan que fue un hombre bueno, hasta muchos lo tienen como uno de sus profetas, pero no como el Hijo del Dios viviente. Me gustó mucho cuando leía la descripción que se le da a Jesús en el “Credo de Nicea”.

Se le llama así porque es una fusión de los credos redactados en el Concilio de Nicea (325) y en el Concilio de Constantinopla (381). Estos concilios defendieron la verdadera naturaleza de Jesús frente a dos herejías: el Arrianismo negaba la naturaleza divina de Cristo, y el Monofisismo su naturaleza humana. Apoyándose en la tradición que les había llegado desde los Apóstoles, los concilios condenaron ambas herejías y declararon que Jesús era ciertamente verdadero Dios y verdadero hombre. Parte del credo dice así:

Hijo único de Dios,

nacido del Padre antes de todos los siglos:

Dios de Dios,

Luz de Luz,

Dios verdadero de Dios verdadero,

engendrado, no creado,

de la misma naturaleza del Padre,

por quien todo fue hecho;

que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación

bajó del cielo…

Su vida y sacrificio han marcado la historia hasta el punto de dividirla en aC (antes de Cristo) y dC (después de Cristo). Es el nombre que ha causado más controversia porque es el Nombre sobre todo nombre. El es la puerta, la vid verdadera, el pan de vida, el buen pastor, el camino, la verdad y la vida. Se le llama Estrella resplandeciente de la Mañana, piedra angular y luz del mundo. Él es el gran médico y la roca de los siglos, el primero y el último, sanador de enfermos, amante de los pobres, maestro incomparable, Rey de reyes, Señor de señores. El es el Salvador de la Humanidad. Si Jesús hoy te preguntara:

Y tú, ¿quién dices que soy Yo? ¿Qué responderías?